Instalación y Colocación de Tubos

Los tubos protectores usados para las instalaciones de cableado puede ser de dos tipos: tubos de empotrar y tubos rígidos de superficie.

El tubo de empotrar se usa para introducirlo en la pared de la edificación, como se instala en las viviendas el cableado eléctrico. El más usual es el corrugado, que se instala en la pared y en el techo, abriendo una canalización para ello (rozas). 
















El tubo rígido de superficie se utiliza para ser visible en la instalación, como en el caso de naves industriales, centros educativos, etc.


Para trabajar con estos tubos rígidos, tenemos algunos "accesorios" o "extras" con los que poder dirigir el tubo por donde queramos sin dañarlo. 



La instalación de las canalizaciones con tubos protectores se ajustará a lo dispuesto en una serie de consideraciones generales que se complementan con otras específicas, según la instalación sea en superficie, empotrada o al aire.

Las consideraciones generales que se deben cumplir a la hora de proceder al montaje o instalación de canalizaciones con tubos protectores son las siguientes:


  • El trazado de las canalizaciones se hará siguiendo líneas verticales y horizontales o paralelas a las aristas de las paredes que limitan el local en el que se efectúa la instalación. 

  • Las curvas practicadas en los tubos serán continuas y no originarán reducciones de la sección. Los radios mínimos de curvatura para cada clase e tubo serán los especificados por el fabricante.  

  • Se podrán introducir y retirar con facilidad los conductores en los tubos, una vez colocados y fijados, disponiendo, para ello, los registros que se estimen necesarios, que en tramos rectos no estarán separados entre sí más de 15 m. El número de curvas en ángulo situadas entre dos registros consecutivos no será superior a tres.  

  • Los tubos metálicos que sean accesibles deben ponerse a tierra, debiendo asegurarse su continuidad eléctrica.  

  • No podrán usarse los tubos metálicos como conductores de protección o de neutro. 

  • El cambio de canalización se realizará en una caja apropiada, de material aislante y no propagador de la llama. En ningún caso se permitirá la unión de conductores con empalmes o derivaciones entre armarios de datos o entre el armario de datos y la toma de usuario. 

  • Cuando se realice un montaje en una superficie con tubos se tendrán en cuenta, además de las consideraciones generales, las siguientes específicas:

-Los tubos se fijarán a las paredes o techos por medio de bridas o abrazaderas protegidas contra la corrosión y sólidamente sujetas. La separación entre fijaciones o abrazaderas será, como máximo de medio metro. Se dispondrán fijaciones antes y después de un cambio de dirección, en los empalmes de los tubos y en la proximidad de las entradas a las cajas de registro. 

-En los cruces de los tubos con juntas de dilatación de un edificio, deberán interrumpirse los tubos, quedando los extremos del mismo separados entre sí 5cm y empalmándose posteriormente mediante manguitos deslizantes que tengan una longitud mínima de 20cm. 

 
  • Cuando se empotran los tubos en una instalación, se tendrán en cuenta, además de las consideraciones generales, las siguientes específicas: 
-En la instalación de los tubos en el interior de los elementos de la construcción, las rozas no pondrán en peligro la seguridad de las paredes o de los techos en los que se practiquien. Las dimensiones de las rozas serán suficientes para que los tubos queden recubiertos por una capa de 1cm de espesor, como mínimo. En los ángulos, el espesor de esta capa puede reducirse a 0,5m. 

-No se instalarán, entre el forjado y el revestimiento, tubos destinados a la instalación eléctrica de las plantas inferiores. 

-Para la instalación de la propia planta, únicamente podrán instalarse, entre el forjado y el revestimiento, tubos que deberán quedar recubiertos por una capa de hormigón o mortero de 1cm de espesor, como mínimo. 

-En caso de usarse tubos empotrados, es conveniente disponer los recorridos horizontales a 50cm como máximo, del suelo o techos y los verticales, a una distancia no superiror a 20cm de las esquinas. 


Una vez instalado todo el material, para lo que necesitaremos el taladro, unos tacos, unos tornillos y unas abrazaderas, así como cortar los tubos a medida, etc...  Hay que introducir el cable por el mismo, por lo que usaremos una guía. 

Con esto introduciremos los cables por los tubos, siempre sin tirar más de lo que el fabricante nos indique para el cable en cuestión. 

El final de los tubos pasa por los registros o las tomas de usuario; son diferentes los de empotrar que los de superficie. Los de empotrar los encontraremos fundamentalmente en viviendas y oficinas y los de superficie, en naves industriales, centros educativos, etc. 

La diferencia fundamental están en que los de empotrar son más económicos y al mismo tiempo, con un diseño que no es estético. Los de superficie son más robustos. 
De todos ellos podemos encontrar muchos tamaños y en el caso de los de superificie, existen diferentes modelos con diferentes diseños. 

El tubo corrugado se instala siguiente regolas o rozas realizadas en las paredes a tal fin, con el tamaño de los tubos que van a ir empotrados. Esto se hace con una herramienta específica para ello o con un martillo compresor eléctrico o un martillo y cincel o cortafríos, si es poca la distancia a cubrir.







En el caso del tubo rígido, hemos de hacer el trazado mediante paralelas y perpendiculares a las aristas de las paredes, usando, para ello, una cinta métrica y una cinta de marcado o un nivel láser, para que todo quede perfecto. 

En este tipo de trabajos tendremos en cuenta los consejos siguientes para evitar accidentes:
  • El uso de este tipo de herramientas requiere que estén bien afiladas. Cuando no se usan, las partes cortantes han de quedar protegidas por una funda de plástico o goma, con el objeto de prevenir accidentes. 

  • En estos trabajos se desprenden trozos o esquirlas de metal que se manipula, por lo que conviene usar gafas de seguridad y es recomendable el uso de guantes. 

  • Al ser herramientas muy cortantes, el corte se debe realizar en la dirección contraria al cuerpo y hay que evitar manejarlas con una sola mano.

  • En ningún caso se deben usar herramientas con óxido, con rebabas o con el corte mellado. Respecto a los cinceles y los cortafríos, se deben desechar si la cabeza ha perdido su forma original y está aplastada. 

  • Cuando se usan cinceles y cortafríos, conviene sujetarlos con un protector o empuñadura para evitar golpes en la mano que los sujeta, teniendo como consecuencia accidentes desafortunados. Las herramientas más grandes deben sujetarse con unas tenazas. 



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